sábado, 6 de octubre de 2007

Cuando el instante es momento

El encanto de estar sobre un puente desde el que tirar piedrecitas que rebotan en el agua...
Rodeada de naturaleza.
Oxígeno para el corazón y color para los silencios. Música de elementos, que son el mejor regalo para los niños de ciudad.
Un poco de cerrar los ojos con el sol sobre la cabeza; iluminándose entonces, todos tus rincones. Pasando de una sombra al anaranjado bienestar.
Es atreverse a respirar hondo. Hondo como el vientre hojasca de los árboles y su compás.
Oir el susurro del agua tumbada sobre la tierra. Como si fluyesen los rios de tu vida sobre columnas internas sagradas.
Es sólo una dimensión oculta a los ojos... solo basta entornar la puerta de la semana ... y apretar el puño con un sueño dentro.
Después de esto, todo es tan natural como trepar semidesnudos a las ramas de un árbol.

La vida es movimiento.
Es dinámica.
Encontraremos territorios de belleza y de contraste.
El alma exótica es rara
la rareza en el alma es original
y la diferencia casi siempre es delicada
y sublime.





Políticamente arriesgada.

Todo está en las manos.

Y en los ojos.

La fuerza de la sensibilidad.

Y el instinto de ser através de las distintas expresiones de uno mismo.

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