La terraza

EN LA TERRAZA DE CASA hay mucha gente que es feliz, que se olvida de los disgustos o problemas, que aprende a bordar las costuras del sufrimiento, que lee, fuma, observa, hay quien canta o tiende ropa o atiende a los pájaros (también a los de la cabeza)
Normalmente las mujeres que tienen plantas y las cuidan, son mujeres que aman; ya sé, es una extraña teoría, pero existe una tendencia a flores, a recoger y doblar con mimo sábanas, deslizar la palma de la mano con gesto dulce (como otra de las extrañas bendiciones...)
Son mujeres que no insisten en deseos y por eso, entre otras cosas, están contentas, saben letras de canciones y hasta cantan bien. Probablemente, les guste un buen olor a comida a fuego lento, adornar el plato, servir con ceremonia y ver, mirar, cómo comen, los demás; yo sé. Hay hogar en sus ojos y se desconoce la edad de su felicidad o su locura de paz. Sin duda, son mujeres que aman y sin duda también, son mujeres que son abrazadas de una u otra forma.
Quizás poseen esa expresión hermosa y tradicional de amor...y esa sonrisa transparente de realmente no saber nada.

Y el silencio las vuelve: poéticas.

De gitanillas y geráneos