domingo, 20 de enero de 2008

Y nos giramos

No debo mirar atrás.
Pero no puedo evitarlo.
Me giro.
El también.
Nuestras miradas se encuentran en la prolongación del deseo. En lo inevitable de: seguir siendo invadidos...
Y el instante es como esos que filman las películas. Los segundos lo construyen eterno y pesan y hablan e inmovilizan. Aunque te gires, y tus pies te sigan conduciendo, llevas el sentido contrario cuando empiezas a caminar en otra dirección.
Las mochilas contienen el mismo estrangulamiento de emociones e intercambian ese adiós que es solo un beso en tres partes.
Y sigo una secreta línea recta que conduce a la puerta automática de la estación. Allí, al recibir el aire sobre la cara, percibo que los ojos se esconden infantilmente disgustados y desposeídos. Y recurro, a ser un pez callado en el andén de su corazón.
De los momentos silenciados

3 comentarios:

Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Precioso. Lo vi como una peliculita, con primer plano de miradas, raíl para que la cámara inmortalizase los giros y un efecto doppler de trenes que se cruzan y se quieren... Precioso. Y la última frase llega la corazón.
Un besito admirador

Churra dijo...

Aunque te gires llevas el sentido contrario ...
Bonito y triste . me ha encantado .
Besos

Eloisemoi dijo...

Yo no lo sentí como triste, pero me gusta mucho saber que tiene otras visiones. Nació amorosamente desde el cuore y la ilusión. Besitos agradecidos para mis preciosas niñas.