Ylang - Ylang

Respiro.
Y te adhieres al pelo como Ylang Ylang.

Una noche ... dejaré que todo caiga sobre tí. Con suavidad. Para que ilumines esa:

la fuente de cabellos encendidos.

Será un petit palacio de secretos.

Lo viviremos tan desordenadamente atemporales como un refugio de sueños en guerra.

Igual que voces verdes o silencios en tono amarillo: ( tú, me sabes...)
Qué cura de lágrima o ternura caracola.
Imagínate.

Que poco a poco, para mí, es como descreerse la punzada o deconstruirme la memoria ... ¡Ésa! que se deshace como una varilla consumida y que cae lenta. Y limpiamente.

Por lo tanto, consigues el mejor desnudo:
el de los Ojos.
El más Puro de todos.

Te felicito. Ahora puedo verte y dimensionar mejor.
Y necesito aliviarte las paredes de los tuyos, de todos los detalles que colocas..., son tantos;
que te escucho o te visto una tristeza e intento explicarte la rozadura de una miseria
y te quito las camisetas o me pones los cafés
y te comulgo los besos. Y nos resolvemos la frase y qué me importa la ortografía del abrazo que no nos acordamos... ni de cómo empezó. Sintiendo todavía alguna íntimidad de soledades. Por lo tanto, solo queda...: rendir la palabra y ganarlo todo.
Apágame el mundo por hoy.
Que ya sabes, que puedo ser una butaca de vieja, con unos pies de niña que se mecen en el aire. Un pie baila delante del otro...
y así,
en la distracción del cansancio:

asáltame un beso

que quiero dormir tranquila.

Marielo