El ExcÉntrico

RELATO

El Era un diletante de treinta y unos pocos...
Pero tenía buena memoria y se autodenominaba: Autista por fracaso sentimental.
Era el Auténtico de todos sus enmascarados Yoes. Un animal semiahogado. Peligroso hasta para Un coraje de Pantera como Merymery.
Decía - estar en crísis- mientras señalaba el reloj con calculado stress e insistía a Mery mery... repitiendo sin parar :
- No me haces caso, no me haces caso, como un “frulatto” (trémolo, recurso musical)

A menudo, se desnudaba en el tejado de su buhardilla. Tendido, sobre su techo... creía ser libre bajo la mentira piadosa de la noche y su ronda de fantasmas.
Paseaba de madrugada extraño en sí mismo . Igual que un zombie sin casa en la llave de su cabeza. Intentaba vaciar la mente, llena de lo podríamos llamar furia existencial. La furia o angustia de las puertas cerradas o semientornadas.
Era el quien abofeteaba la soledad cuando cualquier chica lo mamaba en un coche. Sí, era EL mismo quien contemplaba la escena desde fuera. Con desidia. Apoyado en cualquier otro coche. Como un ángel desentrañado. Totalmente hueco hasta en el dolor o placer.
Solo miraba la escena. Solo era eso. Daba igual. Simplemente: no sentir los dientes ahí abajo. No otra cosa. No otra cosa.
Mientras escondía con habilidad un puño excesivamente blando. La blandura de su terror. El pánico a la locura. La locura tenía un cuerpo aparte. Que reivindicaba lo suyo.
“Bello”... como un autómata de selectas frases. Creía poder dominarlo todo ¿dónde estaba su dios? Y cual era su pirueta en el vacío...
Ahora debía organizarlo todo. Aislarse. Necesitaba creer en el juego de cultivar a niños sentados en pupitres cada mañana, y luego, por la tarde, reencontrar vidas en un despacho de métodos aplicados. Nadie mejor que él y sus mentiras bien entonadas para engañar al angel corrupto ... ellos tampoco lo entendían. Y muy pocos necesitaban entenderlo, por eso estaban ahí, frecuentemente y ... de paso o porque desempeñaban la función que les tocaba, pero casi siempre de paso . Ese era el espejismo de su vida.
Claro...
Todo lo matizaba el tiempo. Necesitaba ser Unico, con un descaro de ego mutilante.
Ya había suministrado dosis de incertidumbre una y otra vez, una y otra vez ... como en los circuitos neuronales de recompensa de los experimentos con ratitas. No había funcionado. Y la expresión de Mery mery era la de decepción.
She tell him :
- Be patient Be patient. Eres un mal paciente, Bello como un escorpión.
Y le mencionaba eso de:
- Eres un individuo abominable y te odio a mares, oyes, a mares porque Haces Daño y no a mí... Lo has vuelto a hacer.
Y tan calmada como siempre, Merymery hacia que el frulatto de su sentencia sonara bien cuando insistía:
- haces daño haces daño...
Entonces, él se acostaba sin ver su programa preferido.
E intentaba derramar lo que en otros tiempos fue amor.